domingo, 23 de diciembre de 2012

Navidades de duchas, maletas con deseos y muñecos de trapo

Katrin Pereda


Vivir la Navidad con otros ojos, sabores y lengua. Tan difícil es que a un pamplonés el Olentzero le sorprenda como que una mujer africana no se vista de gala en Nochevieja. Hoy la tradición cobra protagonismo en Iruña, pero también, distintos ritos se hacen su hueco en Cali, Buenos Aires, Cochabamba, La Paz o Senegal. Ocho testimonios relatan cómo es la Navidad en su país de origen y cómo la viven aquí.
                                                                                     
Fátima Djarra, 44 años, Guinea Bissau
Fátima Djarra, de 44 años, nació en Guinea Bissau, África. Lleva siete años viviendo en España, los últimos cinco en Pamplona. De religión musulmana, Fátima ha vivido la Nochevieja en su país vestida de gala, maquillada y peinada. Como el resto de mujeres. Los hombres van de traje y hay tribus que visten un atuendo especial para la ocasión. La fiesta comienza a la mañana. “La música empieza a sonar en las calles y la gente baila en sus casas o salen en grupos”, explica. Cada país tiene su forma de baile -en Senegal, por ejemplo, se baila balak- y su música tradicional. En Guinea Bissau, el instrumento clásico es la tina: una calabaza metida en un recipiente de agua. “Lo bailan los ancianos y también los niños”, subraya.

 Pero es a medianoche cuando el ritual empieza. “La gente se ducha para ‘sacar’ el año anterior si ha sido malo y para que el que viene empiece bien. Y continúa la fiesta hasta que uno aguante”, resume Fátima. Ella no celebra la Nochebuena -el 25 se dan los juguetes, no hay reyes- y la Nochevieja estará en su casa con su familia (tiene dos hijos, uno de 15 y otro de 6 años). Otros años lo ha festejado con las amigas. Lo que es seguro es que cocinará platos africanos como el funiu, un cereal que acompaña a la carne.

Liliana Burbano, 40 años, Cali
 La Nochebuena sí se celebra en Cali, Colombia. “Los vecinos van de casa en casa a dar la bienvenida al día de Navidad y reparten comida”, afirma Liliana Burbano, de 40 años, quien lleva trece años viviendo en Iruña. Y aunque el 24 se celebra una fiesta, también finaliza otra, la de los novenos. Niños y niñas con tapones de botellas crean una especie de sonajero y van cantando villancicos de pesebre en pesebre. Después, del 25 al 30, se organiza la Feria de Cali que incluye verbenas, desfiles de caballos y cabalgatas. En Nochevieja se construye un muñeco con todos los trapos viejos que hay en las casas, se le coloca un gorro y tabaco y se le apoda con el nombre del vecino o del barrio. Después, “se llena de pólvora y se quema”, explica Liliana. Esta tradición se cumple en todas las ciudades. Liliana, por motivos personales, no celebra la Navidad.

Flora Chaque, 34 años, Cochabamba
 Con diferencia, es la fiesta más multitudinaria de los ocho testimonios. Hablamos de Bolivia, en concreto, de Cochabamba, donde en Nochebuena se congregan entre 200 y 300 personas para comer o cenar. “Nos juntamos las familias del padre y de la madre”, aclara Flora Chaque, de 34 años. A Flora, que reside en Pamplona desde hace diez años con su marido y su hijo, no se le han olvidado las medidas para cocinar. “Se hornean entre 30 y 50 pavos y se meten en el horno en bandejas de diez”, subraya. El pavo se rellena de carne picada de ternera o pollo y cenan en un local en el barrio. Nochevieja es otra historia. Más importante y más festiva. Se cena en un colegio dispuesto para ello y se cocinan gorrines. "La celebración comienza a las 12.00 horas del 31 y finaliza a las 12.00 horas del 1”, sostiene. ¿Cómo se sobrelleva? “Es año nuevo y todos lo aguantan. El secreto es no dormir esa noche”, afirma convencida. Hoy disfrutará de la fiesta con su marido y su hijo. Reconoce que el primer año fue duro, y éste faltarán su madre y sus dos hermanas. Le encanta la cabalgata de Pamplona ya que en Bolivia no existen los Reyes Magos, solo Papá Noel, y le alegra que su txiki piense que sí existen.

Marina Machaca, 51 años, La Paz
 Marina Machaca, de 51 años y quien lleva ocho años viviendo en Pamplona, sostiene que en La Paz, Bolivia, la Navidad es para los niños. Comprar un regalo es fácil gracias a los precios bajos ya que “allí hay de todo, puedes encontrar un juguete por un euro”, explica. También destaca los platos típicos que se elaboran en Nochebuena como la picana: un guisado con diferentes tipos de carne, patatas y choclo (una mazorca de maíz blanca y grande). Los niños comen panettone (pan dulce). Nochevieja se celebra con uvas, fuegos artificiales que se lanzan desde el tejado y la costumbre de coger la maleta y correr. “Se ‘meten’ los deseos que tienes para el año que viene y sales de casa como si fueras a viajar y luego vuelves”, comenta Marina, entre risas. Por último, el 6 de enero se bendice “el niño Jesús en la misa”, indica.

Irene Sotos, 59 años, Buenos Aires
Y de La Paz nos trasladamos a Buenos Aires, Argentina, donde, en opinión de Irene  Sotos, de 59 años, la mayor diferencia respecto a Iruña es el clima. “Es igual que aquí, comemos platos muy fuertes, pero con temperaturas muy altas”, indica esta argentina que cumple diez años de estancia en nuestra ciudad junto a su hijo, de 24 años. Hoy se reunirá con amigos argentinos que "tampoco tienen su familia aquí" y cada uno cocinará un plato. En su caso, lasaña.

Aicha Cisse, 36 años, Kaolack
Aicha Cisse, musulmana de 36 años, lleva uno viviendo en Pamplona. Nació en Kaolack, Senegal. Allí conviven cristianos y musulmanes y mientras los primeros celebran la Nochebuena acudiendo a misa el día 25, en su familia comen pollo y un rico pastel de crema llamado buchuche. Ella prefiere la Nochevieja. En la última noche del año, los musulmanes celebran la fiesta llamada Achura. “Se come carne y fu-fu (salsa de aceite de palma y conbo, una verdura que se prepara con harina y agua). En este caso, el ritual dicta “que los ancianos pasen la noche rezando y los más jóvenes (hasta los 25 años) se disfracen: los chicos se visten de chicas y viceversa. Durante toda la noche van de casa en casa y piden algo de comer y dinero”, afirma.

Mustapha Lbini,de 46 años, Marruecos
  
         Mustapha Lbini, de 46 años, y de Marruecos, lleva 24 años residiendo en España. De religión musulmana, vive la Nochevieja como un día festivo. Mustapha sí celebraba en Marruecos la Fiesta del Cordero (Aid al - Adha), cuando es costumbre sacrificar un cordero por cada familia. Mustapha admite que se ha adaptado a las costumbres de aquí, lo que no significa que "me haya cambiado de religión".Toma las uvas en un bar con amigos o conocidos (su familia está en Marruecos). 


      Dicen que en la cultura de cada pueblo reside lo universal. Comidas y cenas familiares, brindis, platos especiales, bailes y la acogida de un nuevo año con rituales de todo tipo. Uvas, maletas que contienen deseos, duchas, rezos, disfraces y...jarana con los tuyos hasta que el cuerpo aguante. Que la cultura siga siendo universal. 













1 comentario:

  1. hola y feliz año a todos,yo soy malika lbini hermana de mostapha dios lo tenga en su gloria era una persona estupenda cariñosa amiga de sus amigos ,un padre maravilloso y un gran esposo ..le perdimos por culpa de alkhol y las drogas ...pero antes de fallecer se dispidieo de todos y cada uno de la familia aunque no nos ablabamos entre nosotros fuemos todos a darle un beso

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