Cartel de la tienda de medicusmundi (c/Arrieta 25) |
Si algo caracteriza la tienda de
comercio justo de medicusmundi (Arrieta, 25) es que todo el “personal” que
trabaja esos días en ella es voluntario.
Con edades, situaciones profesionales y personales de lo más dispares, pero
unidos por la voluntad de aportar “su granito de arena”. Algunos toman parte
desde el “montaje” del establecimiento, otros acuden a la oficina de la sede de
la ONGD en Burlada para etiquetar productos, si bien la mayoría intenta estar
presente para atender a los clientes durante el mes que la tienda permanece
abierta. En total, alrededor de una treintena de personas que se reparte en
turnos de mañana y tarde cada Navidad. Como en muchos otros ámbitos, el boca a boca y las relaciones familiares
y de amistad fueron el origen de su dedicación a este comercio.
“Tenía una cuñada trabajando en
medicusmundi hace años y a raíz de ella comencé a colaborar y como a Joaquín (Laborda, encargado de
logística de la ONGD y en especial de la tienda de Navidad) también le conocía,
me metí en la tienda. He visto la labor que hace medicusmundi y me gustó cómo
funcionaban desde el principio”, justifica Esther
Lanz, ama de casa, residente en Zizur Mayor. Comprometida con la causa cada
Navidad, desde la llegada de las primeras partidas de artesanía, en mayo, iba a
Burlada para labores de “etiquetado” y de administración. “Siempre he estado
para la tienda, para montar y desmontar, para estar por las mañanas y echar una
mano a Joaquín Laborda en cuanto conseguíamos un local. A partir de entonces, tocaba
el montaje de mesas, caballetes, expositores, mostradores, colocar los carteles
y preparar zonas de información”, enumera Esther.
También Carlos García, vecino de Villava y con tres años de colaboración en
la tienda, se enteró de esta posibilidad a través de un amigo. “Empecé a través
de una persona que colabora aquí, Álvaro.
En ese momento me encontraba en una situación personal en la que no estaba muy
centrado, tenía tiempo libre y Álvaro me comentó la posibilidad de venir aquí y
echar una mano, me pareció una buena idea”, recuerda Carlos.
Un anuncio en el periódico en el que
se invitaba a colaborar como voluntario en medicusmundi fue el empujón que Arantza Campo aprovechó para
introducirse en el mundo del voluntariado. “Empecé por probar y estoy
encantada, el ambiente es muy bueno”, confirma ahora, tras cinco años
colaborando con la entidad. Con estudios de Derecho y trabajando como administrativa
en el Ayuntamiento de Pamplona, en un principio daba “apoyo legislativo” a la
ONGD, pero sobre todo, su apoyo se volcó en la tienda, “al principio iba
bastantes tardes, tres o cuatro días a la semana, ahora intento un par de
días”, explica Arantza, mientras acude a atender a una de las clientas.
Imagen de la tienda, donde varios voluntarios 'trabajan' durante estas fechas |
La relación de Alicia Martinicorena es algo más curiosa. En 1969 se marchó con su
marido, ambos profesores, a dar clases a Ruanda, ella, en concreto, en la
primera escuela de magisterio femenino. Vivían a unos 30 kilómetros de Nemba,
cuna de la cooperación al desarrollo de medicusmundi Navarra, que nacía en 1972
con el propósito de construir un hospital allí. “En Nemba había un grupo de misioneros navarros, íbamos mucho a esa
parroquia, y entre otras cosas, estuvimos eligiendo el lugar para construir el
hospital. Estuvimos cuatro años, allí nació nuestro primer hijo. Nos cambió
mucho la vida esa estancia en Ruanda”,
rememora Alicia. En la actualidad, resalta, “nuestros hijos también se han
contagiado de la cooperación”, ya que una de sus hijas trabaja en Educación
para el Desarrollo en medicusmundi Navarra y ella misma está en la junta de la
Coordinadora de ONGD en Educación para
el Desarrollo, en Manos Unidas y en Nakupenda África. Así, cuando quiere
dar una cifra aproximada del tiempo que lleva en medicusmundi, lo aclara:
“Llevo unos siete años de voluntariado, en relación con medicus, más de 30. En
la tienda entré cuando empecé a sentirme un poco más liberada del trabajo”,
explica Alicia, profesora de
Secundaria hasta hace dos años.
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