La tienda de medicusmundi (c/Arrieta 25) ofrece la posibilidad de comprar regalos que posibiliten un comercio justo |
La Navidad trae consigo una especial carga emotiva. Son días indisolublemente unidos a la estancia en familia, pero también, bajo un sistema económico que incita al consumismo, a cierta ansia de regalos, caprichos y menús festivos. Una dulzona neblina que parece abarcarlo todo. Sin embargo, entre esta vorágine festiva, hay situaciones que, aun a pequeña escala, intentan revertirlo.
Una sencilla tienda de comercio
justo, como la que medicusmundi abre cada Navidad desde hace casi cuatro
décadas, se podría considerar un ejemplo. Un local en el centro de Pamplona (c/Arrieta 25) que,
a primera vista, también se presenta impregnado del ambiente festivo invernal, pero
que, en su interior, el discurso que ofrece es otro.
Implica venta y recaudación. Ese
objetivo no se oculta. Pero la vía es muy distinta a la producción en serie de
beneficio empresarial. Bajo el compromiso de una apuesta por el comercio justo
y un destino que supera fronteras, acomodar los estantes repletos de chocolate,
plata y belenes va más allá del propósito de satisfacer la urgencia del regalo
perfecto. “Estar aquí te hace pensar que las Navidades no son solo consumo y
reunirse en familia, que hay otra mucha gente que no puede hacerlo, ni el resto
del año. A mí me ayuda a tener esa realidad más presente”, reflexiona Alicia Martinicorena, voluntaria en la
tienda desde hace siete años, pero relacionada con medicusmundi Navarra desde
hace más de 30, “desde sus inicios”.
Una mujer observa los productos colocados en las estanterías |
Su difusión ha cambiado desde
entonces. De escuetas notas en 1975 en Diario de Navarra que anunciaba como
“Hoy se abre una exposición de artesanía del Tercer Mundo en la Sala de Cultura
de la Caja de Ahorros de Navarra” a cuñas radiofónicas, boletines electrónicos
y sms. El contenido, no tanto. “¿Crees que sería aceptable que fueras al centro de salud y
te encontraras con unos jóvenes estudiantes voluntarios norteamericanos que te
atendieran, en lugar de unos profesionales? Evidentemente no. Entonces ¿por qué
en Ruanda o en Bolivia vamos a ofertar unos servicios de salud amateur? Una
cosa es el contexto de pobreza y falta de recursos y otra que los servicios no
sean profesionales; esto no quita para que la motivación por la cual nos
embarcamos en estos proyectos sea de carácter altruista y no lo podemos perder
de vista”,
exponía Miguel Ángel Argal, fundador
de medicusmundi Navarra.
Los productos
La artesanía, arte que marcó el
inicio de la trayectoria de la tienda, sigue presente en las estanterías,
aunque cedió su protagonismo hace años a la alimentación, la joyería o los
belenes. “Lo que más se vende en cantidad, son los alimentos, pero también
vienen buscando mucho la plata de Perú y los belenes o cosas para los niños”,
enumera Esther Lanz, voluntaria
desde hace más de dos décadas.
Algunas figuras y flechas que se encuentran en la tienda |
El interior de la tienda invita al
paladar y a la vista, con los vivos colores que anuncian panela (azúcar de caña) de Ecuador, miel de
Valdivia chilena, cacao de Bolivia o té de Sri Lanka en alimentación. Hay
cremas, jabones y aceites de Rosa Mosqueta y Argan procedentes de Burkina Faso,
Marruecos o Kenia; joyería de plata traída desde Perú y Brasil y elementos de
artesanía como esculturas, máscaras y figuras de ébano y madera de Eucalipto de
Mali o Indonesia.
Imagen del interior de la tienda de medicusmundi (c/Arrieta, 25) |
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